El mundo creado por los cuentos de Las puertas de la oscuridad se presenta ante el lector corno un tránsito sin salida por los pasajes de la sordidez: una vez inmersos en las profundidades del vicio, la violencia y el crimen, los personajes quedan atrapados en la inercia, la depresión, la culpa o la crueldad. Así, los paraísos artificiales producidos por el alcohol y las drogas conducen a los personajes a experimentar los padecimientos del infierno real al que se confinan. Murguía proporciona al lector no la visión comúnmente paradisiaca y parcial del lado oscuro de la naturaleza humana, sino una visión integral y realista que deja ver sus placeres y dolores a través de la mirada de sus protagonistas o de un testigo que permanece sin ser nombrado, o desde la mirada omnisciente que observa los acontecimientos con la distancia y exactitud de una cámara fotográfica. La acción suele comenzar in media res, enfocando los acontecimientos climáticos de tal forma que la narración se mueve vertiginosamente desde el flashback hasta el clímax y de éste hacia un desenlace por lo general abierto. Tanto el modo de presentar la acción como los finales abiertos proporcionan un clima de ansiedad y suspenso e invitan al lector a generar sus propios juicios y conjeturas. Ernesto Murguía (Ciudad de México, 1972) estudió administración en la Universidad Nacional Autónoma de México y el diplomado de creación literaria de la escuela de escritores de la Sociedad General de Autores Mexicanos. Fue ganador de los premios nacionales de cuento Juan Vicente Melo 2003 y Gilberto Owen 2000. Ha publicado textos en las antologías Fábulas, fobias y filias, entre otras, así como en Los mejores cuentos mexicanos (2000) y ¿El crimen como una de las bellas artes? (2002).