Es una historia que tiene varios puntos a destacar y como primero quiero resaltar al protagonista, un adolescente llamado Gabriel Guía, quien me llamó la atención porque siempre se dirige a las personas por apodos, incluso para sí mismo, lo cual nos hace pensar que siempre está enojado o que es una persona infeliz. El segundo punto de vista que me interesó es que la historia está situada en los años sesenta, pues las canciones que menciona son de esa fecha; hace referencia a canciones relacionadas con la trama, las cuales escucha en ocasiones para relajarse. Por otro lado, también cita poemas y algunos libros que intercala en sus conversaciones y que menciona cuando interactúa con otros personajes. En lo personal cada uno de estos detalles hizo que yo me acoplara poco a poco, de manera cómoda, con la historia, pues siempre me han gustado esa clase de características específicas para dar a conocer algo. Recomiendo su lectura, pues cada página contiene una serie de datos curiosos que hacen ver la vida de este chico, junto con todas sus aventuras con las mujeres, en la escuela, su casa, así como la manera de mostrar sus sentimientos como algo secundario, pues no los demuestra totalmente. Quizá estos enredos de un adolescente hagan que nos identifiquemos con la historia, pues a veces nos hemos sentido de una manera que no podemos expresar, desde situaciones familiares hasta ciertos pensamientos que no podemos expresar con libertad por no dañar a otros o, peor aún, sentir que alguien no nos puede escuchar. Me gustó y sin duda alguna podría volver a leerlo.
Karla Mayela Acevedo Ávila
Consulta: